Aluminio para la arquitectura

Las aleaciones de aluminio pueden ser tan resistentes como el acero con un tercio de peso, haciéndolo un material apropiado para muchos de los diferentes componentes.

La capa de óxido que recubre de manera natural el aluminio, le confiere una efectiva barrera frente a los elementos, en comparación con otros metales. Existen aleaciones especialmente producidas y tratadas para aumentar dicha resistencia frente a la corrosión.

El aluminio es un material 100% reciclable. El gasto energético de su reciclaje es bajo, no pierde ninguna de sus propiedades y se puede utilizar innumerables veces, siendo con ello un claro ejemplo del concepto Cradle to Cradle. Los componentes del sistema son fácilmente desinstalables en caso de necesidad con lo que su retirada y gestión para su reciclaje es muy sencilla, contribuyendo así a una óptima gestión del fin de vida de una edificación.

Sus componentes, por sus características intrínsecas, no requieren de ningún mantenimiento específico más allá de una limpieza habitual. Este hecho, unido a la excelente resistencia a la corrosión propia del aluminio junto con la resistencia mecánica del mismo, confieren al sistema una extraordinaria vida útil.

La sencillez de su método de instalación, así como la modularidad del mismo y el bajo peso de las lamas permite un transporte, manejo e instalación del sistema rápido, contribuyendo a un ahorro de coste general del revestimiento.

Su bajo peso relativo se une a la resistencia y rigidez inherentes al metal otorgándole unas capacidades únicas, consiguiendo altas capacidades con menor peso, facilitando el manejo e instalación de los materiales.